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Mamá en Maipú clama por el 10% para salvar a su hija de posible muerte nocturna

Esta es la historia de Jéssica Matus, una mamá e hija que vive por partida triple la dureza de la discapacidad en Chile.

Jéssica no duerme tranquila hace meses. Su hija, Belén, sufre de una apnea respiratoria producto de su epilepsia. Es decir, corre el riesgo que durante la noche tenga un ataque silencioso y simplemente pierda la vida en el sueño.

Sólo el fin de semana pasado, tuvo que acudir dos veces a la posta en Maipú debido a esta insuficiencia.

“Puede que mi hija tenga una epilepsia silenciosa en la noche y me pille durmiendo, lo que hace que se ahoga y se pueda morir“, nos confiesa.

Para poder dormir en paz, necesita un monitor cuyo valor está en el mercado sobre los 500.000 pesos. Confiesa que su último retiro de la AFP irá directamente a este preciado insumo médico para su hija.

Hola amigos les cuento mi situación para que lo compartan y se muestre parte de la realidad de los INVISIBLES , la…

Publicado por Jessica Matus en Jueves, 22 de abril de 2021

La difícil vida de una cuidadora en Maipú

Desde el 2008 Jéssica tuvo que dejar de trabajar para dedicarse a cuidar a su padre y su hermano.

Su hija sufre de epilepsia y su hermano, además de ser sordomudo, presenta una deficiencia intelectual a raíz de una negligencia médica.

Su padre murió hace 8 años años, dejándola al cuidado de cuidado de su hermano y su hija.

“Cuando nació mi hija. Recién a los 10 años tuvo la primera convulsión. La primera vez que tuvo no había caso de hacerla volver, yo estaba con mi otro hijo que estaba más chico y tuve que salir a pedir ayuda. Gracias a Dios había un vecino paramédico que le pudo hacer las maniobras para que volviera a respirar. De ahí en adelante”.

De ahí en adelante estas convulsiones se hicieron cada vez más frecuentes y con mayor intensidad durante la noche. Hoy su tiempo lo dedica al cuidado de sus dos hijos y su hermano.

Su hogar es uno de los 650.000 que según “Chile Cuida” cuenta con al menos un integrante en situación de dependencia severa o moderada. Al igual que el caso de Jéssica, este grupo incluye a adultos mayores postrados, niños y niñas con enfermedades poco frecuentes.

Ser cuidadora no es fácil. La carga emocional y física es algo que muchas/muchos en Chile conllevan en silencio. Jéssica nos cuenta que en el CESFAM donde se atiende en Maipú le diagnosticaron el Síndrome del Cuidador.

Este síndrome es “un estado que resulta de la combinación de trabajo físico, presión emocional, restricciones sociales y demandas económicas y que desencadenan una sobrecarga en el cuidador

Sus principales síntomas son cuadros de insomnio, depresión y trastorno de ansiedad. Le recetaron medicamentos para dormir, tratamiento que ella no está tomando. Algo entendible para cualquier madre o padre que se va a acostar con el miedo de que su hija no amanezca con vida.

“Prefiero mil veces no dormir profundamente, y así poder estar pendiente de cualquier movimiento que tenga ella”, nos cuenta.

Monitor de sueño de apnea, imagen de referencia

La mano indolente del estado

Su caso refleja de cuerpo entero la situación en Chile, ya que históricamente en Chile se asume que la tarea de cuidar a los familiares más vulnerables o desvalidos le corresponde a la mujer.

Hace unos días, entró al sitio de Impuestos Internos con la esperanza de recibir alguna ayuda del gobierno en su difícil situación.

Imposibilitada de trabajar, su familia vive en parte gracias a dos pensiones, una de discapacidad por su hija de 70 mil pesos y otra por orfandad de su hermano de 160 mil.

Esa situación la coloca en el 40% de vulnerabilidad. Por esta razón, pensó que recibiría algún bono adicional en el contexto de esta nueva cuarentena.

Sin embargo, y al igual que millones de otras personas, recibió una cruz roja que le informaba que no calificaba para el bono de clase media.

A raíz de su mensaje en redes sociales, desde la Municipalidad de Maipú la contactaron para “buscar alguna forma de ayudar”. Para Jéssica, cada día cuenta y hasta que no cuente con el monitor no da nada por seguro.

Por eso mantiene vivo su S.O.S. ante cualquier persona que pueda ayudarla a juntar el dinero o pueda donar el monitor que necesita para conciliar el sueño cada noche.

Su opción más concreta es echar mano al último retiro que le queda de la AFP. No duda en decir que lo usará para comprar el monitor que necesita. Sin embargo, sigue con incertidumbre qué pasará con el envío del proyecto al al Tribunal Constitucional.

Le preguntamos qué mensaje le envía al gobierno y a las/los congresistas que por estos días discuten el tercer retiro de los fondos previsionales.

“No les deseo mal, porque nadie se merece esto. Pero pienso que pasaran por algo así sabrían lo que se sufre por los hijos y familiares que a uno le ha tocado cuidar. Estoy decepcionada totalmente, llegan arriba y se olvidan del pueblo”.

Jéssica y su hija Belén

Si quieres ayudar a Jéssica puedes hacerlo en la cuenta RUT del Banco Estado 10.555.964 (K), notificando al correo yeca_3370@hotmail.com

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