Hoy en pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos y próximos juegos Paralímpicos Tokio 2020, en nuestro país ya hay voces que hablan de un fracaso. En este sentido, me sumo a palabras de variados actores, en defensa de los que nos representan a todos y todas en los distintos eventos deportivos.
Los que, si no tienen “las espaldas” del apoyo familiar, no solamente desde los recursos financieros, la labor del deportista de alto rendimiento en Chile, es “un camino muy ripioso”, y “para no ir a pasear a Tokio”, como muy bien escribió un académico: el tema de la identidad deportiva y valoración social del deporte, “contrato de trabajo” del deportista, son temas recurrentes y muy relevantes en nuestro país [1].
Estamos claros que necesitamos una nueva mirada para el deporte de alto rendimiento en nuestro país, comenzando por un real reconocimiento de todos/as nuestros/as de representantes nacionales, no solo los olímpicos o paralímpicos.
Como siempre es bueno, tener varias miradas, yo no creo que exista un “vacío” en el tema, al menos en Chile creo que el Estado, simplemente no ha querido reconocer a nuestros y nuestras grandes deportistas.
Hoy en nuestro país disponemos de un Decreto de Fuerza de Ley del 1970 vigente que regula a los deportistas profesionales y sus actividades conexas.
La ley dice en su artículo n°1 que“se entenderá por deportista profesional toda persona que habitualmente practique en base a sus aptitudes y condiciones físicas e intelectuales, una especialidad deportiva en calidad de competidor, mediante una remuneración o recompensa estipulada en dinero u otra forma equivalente”[2].
Y, por otro lado, tenemos la nueva beca PRODDAR, publicada recién el abril del presente año 2021 en el diario oficial, y que nos señala en su articulado N° 2:
“Deportistas de Alto Rendimiento: son aquellos atletas convencionales o adaptados que, por medio de una preparación sistemática y planificada, se encuentren dedicados a la obtención de logros deportivos” [3].
No hay mucho vacío en Chile, sí ambigüedad; tenemos una ley que regula a los deportistas profesionales, pero no la ocupamos para todos, sino para algunos. No para los que practican de forma “sistemática y planificada”, sino a los que lo hacen de forma habitual o habitualmente como dice la ley: en resumen y para ser más preciso, solo se ocupa para el fútbol profesional, masculino en su mayoría.
Esta ley de deportistas profesionales no es para los que “tienen logros” y que los evalúan regularmente, pero si para los que solo compiten.
Por último, puede darse el caso que el nuevo Sistema de beca para deportistas de alto rendimiento no entregue una forma equivalente a una remuneración, que incluya previsión de salud y social.
En ese caso, vacíos no tenemos, tenemos desidia, apatía, ambigüedad, en general una poca valoración de nuestros y nuestras deportistas por parte del Estado y todos los gobiernos del último medio siglo en nuestro país.
[2] Decreto de fuerza de ley N° 1.- 1970 http://bcn.cl/2qn5n
[3] Decreto N°18 2021 Aprueba nuevo reglamento del sistema de becas para deportistas de alto rendimiento. http://bcn.cl/2op2x
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